Se ve que contra más estresados/ocupados estéis entre semana más probabilidades tenéis de que se os ocurran ideas fantásticas, y lo que es peor, cuando consigáis tener un rato libre, por más que intentéis recordar aquella idea tan genial que se os ocurrió, no podréis.
Entre semana siempre he tenido que lidiar con universidad, trabajos varios y por supuesto por la noche es cuando me tocaba realizar las tareas varias, y obviamente no podía ir a dormir demasiado tarde ya que a la mañana siguiente me levantaba pronto para hacer algo de gimnasia y ducharme antes de ir a la universidad (creo que mi vida no dista tanto de la de un adolescente coreano…).
El resultado era siempre el mismo: una lucha constante entre semana por realizar todas las actividades más el sobreesfuerzo de intentar acordarme de todas las “buenas ideas” que se me ocurrían, obteniendo como resultado que entre semana tuviera despistes garrafales (por no estar atenta e invertir fuerzas en intentar recordar las ideas) y cuando llegara el fin de semana, no me acordara de mis ideas… ¡UN DESASTRE!
Por suerte hace unos años encontré la solución a mi problema.
Mientras estaba trabajando de au-pair en Alemania, para mejorar mis conocimientos de alemán y de paso conocer la cultura y forma de vivir de nuestros amigos los germánicos, encontré un artículo de Leonardo Da Vinci, el cual decía que el genio iba a todas partes con un pequeño bloc dónde realizaba todos sus bocetos, anotaciones, etc…
Ni corta ni perezosa, y aprovechando una mañana libre, me fui a la tienda de arte y me hice con un pequeño bloc de estos (la verdad es que en su momento me pareció una tontería) y me forcé a que cada vez que se me ocurriera algo, por insignificante y absurdo que fuera, lo anotaría/ilustraría.
Con el tiempo, no solo he conseguido dar con un método para que no se me olviden las buenas ideas, sino que también he conseguido mejorar mis aptitudes artísticas, tener una especie de ilustración cronológica de mis avances, realizar casi todas las ideas que se me ocurren, encontrar musas y “musos” en los lugares más insospechados (dibujar gente del metro, apuntar frases interesantes de la gente…), y algo que me preocupaba en su momento, mejorar en cuanto a los despistes se refiere (al anotar mis ideas en el bloc, podía permitirme el lujo de relajar mi mente y no forzarla a recordar cosas, y por consiguiente poderme centrar en lo que estaba realizando en aquel momento y dejar de pensar en el futuro).
Así que, este pequeño artilugio que vale unos pocos euros, sirvió para quitarme de encima problemas que me afectaban más de lo debido.
Ad astra per aspera,